Investigadores unicordobeses lideran proyecto de monitoreo participativo para preservar ecosistemas cenagosos en el Caribe colombiano

El proyecto de investigación fue socializado con comunidades de San Sebastián, Lorica; y los municipios de Momil y Purísima.

Montería. En un esfuerzo por preservar y entender mejor los ecosistemas acuáticos del Caribe colombiano, un grupo interdisciplinario de investigadores de la Universidad de Córdoba, en colaboración con la Universidad de La Guajira, la Fundación Centro de Recuperación de Ecosistemas Acuáticos (Creacua) y el Instituto Nacional para la Formación Técnica Profesional (Infotep) de San Juan del Cesar, está llevando a cabo el proyecto titulado “Estrategia de Monitoreo Participativo Hidrodinámico y de Calidad del Agua a partir de la Combinación de Mediciones en Campo, Modelos Matemáticos y Geotecnologías, Aplicado a dos Ecosistemas Cenagosos del Caribe Colombiano”.
Este proyecto, financiado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, a través de la convocatoria 890 de 2020, se centra en los ecosistemas del complejo cenagoso del Bajo Sinú en Córdoba y la Laguna Navío Quebrado en La Guajira.
El objetivo principal del proyecto, como explica Franklin Torres Bejarano, coordinador de investigación del Departamento de Ingeniería Ambiental y director del grupo de investigación GIMESA de la Universidad de Córdoba, es “evaluar las características fisicoquímicas y ecosistémicas de dos sistemas acuáticos del Caribe colombiano mediante el monitoreo de su dinámica física, de sedimentos y calidad del agua basados en la combinación de mediciones de campo, modelos numéricos hidrodinámicos, interpretación de imágenes de satélite de uso libre y participación comunitaria para contribuir con la conservación y el uso sostenible de recursos naturales”.
El enfoque participativo del proyecto es fundamental, ya que involucra directamente a las comunidades locales en el proceso de monitoreo. Torres Bejarano señala: “La idea es integrar a las comunidades asociadas a estos dos ecosistemas acuáticos para que participen en el monitoreo de información. Nosotros, desde la parte técnica, científica y académica, utilizamos esa información para crear perfiles detallados. Esta combinación de conocimientos científicos y comunitarios es esencial para comprender y proteger estos ecosistemas”.
El equipo del proyecto incluye a profesores de la Universidad de Córdoba, cada uno aportando su especialidad. Doris Mejía Ávila trabaja en el procesamiento de imágenes satelitales; Gabriel Campo Daza se enfoca en la calidad del agua; mientras que Viviana Soto Barrera y Nabi del Socorro Pérez Vásquez lideran la valoración ecosistémica y las capacitaciones sobre Monitoreo Ambiental Participativo.
En una reciente visita a La Guajira, el equipo llevó a cabo un muestreo en la Laguna Navío Quebrado, y en los próximos días planean su primera campaña de medición y muestreo en el complejo cenagoso del Bajo Sinú. Según Torres Bejarano, “el primer año del proyecto se dedicará al muestreo en épocas seca y de lluvia. En el segundo año, analizaremos los datos recolectados para elaborar un diagnóstico detallado de estos ecosistemas”.
El proyecto también destaca por su componente hidrológico e hidráulico, donde se utilizan linnímetros instalados en el caño de Aguas Prietas y en Lorica para monitorear los niveles de agua, con la ayuda diaria de los miembros de la comunidad. “Esto nos sirve para saber cuánta agua está entrando o saliendo del complejo cenagoso, lo cual es crucial para estudiar el comportamiento hidrodinámico y de los contaminantes”, añade Torres Bejarano.
Las docentes Viviana Soto y Nabi Pérez Vásquez resaltan la importancia de la participación comunitaria. La docente Viviana Soto menciona: “En septiembre, comenzaremos las capacitaciones en Monitoreo Ambiental Participativo, dirigido a 40 miembros de asociaciones del Bajo Sinú. Esta iniciativa se replicará en La Guajira con comunidades Wayúu. Es una manera de formar líderes ambientales en estas zonas y asegurar la sostenibilidad del proyecto”.
“El resultado de la investigación estará a disposición de las comunidades y de las diferentes autoridades con el fin de que se tomen decisiones informadas en pro de la conservación y uso sostenible de estos ecosistemas”, concluye el docente unicordobés Torres Bejarano.

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