PERTINENCIA Y CALIDAD EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR

Por. Jairo Torres Oviedo
Rector de Unicórdoba

Hemos venido construyendo una reflexión teórica y argumentada, alrededor de un
modelo integral de regionalización de la universidad pública; esto, con el propósito
de ampliar cobertura en condiciones de pertinencia y calidad; en particular, en los
territorios que han sido marginados del bienestar social. Abordemos una reflexión
sobre la pertinencia y calidad en educación superior; para ello, tomaremos como
referencia el informe de la Organización de Estados Iberoamericanos OEI. año
2020 relacionado con educación superior, productividad y competitividad en
Iberoamérica. Es claro, que Colombia ha hecho esfuerzos en materia de cobertura
universitaria; pero aún falta por continuar y sostener. De acuerdos con el
organismo en mención, en América Latina y el Caribe, el gasto en educación
superior como porcentaje del producto interno (PIB) aumentó de un 1.18% en
2011 a un 1.42% en 2017. Este esfuerzo reflejado en la tasa bruta promedio de
matrícula, también se ha incrementado más de 10 puntos porcentuales de 2010 a
2017 en Latinoamérica (de 41,3% a 51.9%). A pesar del avance en la tasa bruta
promedio, aún se encuentra por debajo de la registrada por los países de la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico OCDE (75.6%)
(World Bank, indicators, 2019). Esta cifra muestra que estamos muy por debajo,
teniendo en cuenta que Colombia hace parte de la OCDE y, registramos una
cobertura universitaria de 51.58%.
Ahora bien, en Latinoamérica un porcentaje cada vez mayor de jóvenes accede a
la educación superior, este acceso sigue siendo desigual dependiendo del estatus
económico, donde los jóvenes del quintil más rico (Q5) son aproximadamente
nueve veces más propensos de acceder a la educación superior (50%) que
aquellos del quintil más pobre (Q1), donde únicamente se observa el 6%. Estas
brechas de acceso a la educación en Colombia son evidentes en la región
Pacífica, Caribe y las zonas azotadas por el conflicto armado. Lo anterior,
contrasta con la alta tasa de deserción en América Latina; donde, entre 2004 y
2014, el 41% de la población en edades de 15 a 64 años inicio estudios superiores
en la Región; pero, solo el 14% los finalizó.
En este sentido, la calidad de la educación superior se presenta como uno de los
principales retos para los actores del sistema educativo. Por consiguiente, es
importante mencionar las razones de la baja calidad educativa en la Región,
donde en Colombia son: 1. Un desfinanciamiento estructural de la educación
superior. 2. Baja calidad de la educación primaria y secundaria, evidenciado por
las pruebas PISA. 3. Disminución de la relación profesor/estudiante. 4. Baja
proporción de profesores con título de doctorado. 5. Escasa investigación
académica y específicamente aplicada. 6. Deficiencia en la calidad de las
infraestructuras de educación superior. 7. Un sistema de aseguramiento de la
calidad incipiente. En estos aspectos debe centrarse el esfuerzo del próximo
Gobierno; fortaleciendo las condiciones para generar un proceso formativo que
permita la calidad con pertinencia; es decir, que los graduados de las
universidades puedan responder a las demandas y necesidades del sector
productivo regional y nacional. Necesitamos una política pública de Estado, que
haga de la educación el eje central sobre el cual se construya la nación
colombiana.

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