Conéctate con la U: El sedentarismo, principal enemigo silencioso en el confinamiento
Profesor Mariano Salleg (izquierda) y doctor Roberto Jarava, invitados de Conéctate con la U, de la Unidad de Comunicaciones y Relaciones Públicas.
*Comer y ‘atracar la nevera’ produce la hormona serotonina, que provoca tranquilidad solo de cinco minutos.
*Los diferentes sistemas del cuerpo están diseñados para moverse, por eso hay que hacer actividad física en casa.
Montería. Considerado por expertos como una enfermedad, el sedentarismo se convierte en el principal enemigo silencioso de las familias en medio del confinamiento decretado en el país desde el pasado 25 de marzo y puede ser el comienzo de una serie de enfermedades como la diabetes, hipertensión, inflamación crónica de tejidos, hígado graso e hiperlipidemias, que es el trastorno del metabolismo de los lípidos.
Así coincidieron dos expertos en el tema, invitados al espacio semanal Conéctate con la U, de la Unidad de Comunicaciones y Relaciones Públicas de la Universidad de Córdoba: Mariano Salleg, docente de esta institución, licenciado en Educación Física, Recreación y Deporte, especialista en Pedagogía del Entrenamiento Deportivo y Preparación Física, magister en Ciencias de la Actividad Física, doctorando en Motricidad Humana, con áreas de actuación en las Ciencias Médicas y de la Salud y Ciencias del Deporte; y Roberto Jarava Brun, monteriano, nutricionista clínico, educador en diabetes, experto en obesidad, hipertensión y metabolismo.
Salleg indicó que el cuerpo humano y sus diferentes sistemas (muscular, nervioso, linfático, endocrino y otros) están diseñados para moverse y en la medida en que se hace se puede mejorar la calidad de vida. Sin embargo, en este momento de cuarentena ese deber se dificulta y por eso la disminución del potencial a nivel cognitivo, muscular, óseo y de sistema cardiorrespiratorio, lo que deteriora la salud.
El docente unicordobés sugirió que la actividad física en casa ha surgido como una alternativa para contrarrestar el sedentarismo y agregó que la Organización Mundial de la Salud, con su grupo de expertos, ha orientado que precisamente el ejercicio puede reducir ostensiblemente la ansiedad y puede mejorar los diferentes sistemas del cuerpo, además de reducir el estrés.
“Son alternativas que tenemos, pero lógicamente con las precauciones, como el principio de la individualidad para prescribir un plan de ejercicio en la pandemia y no deteriorar nuestra salud por un sobre uso”, explicó el profesor Mariano Salleg.
El sedentarismo ha sido la norma equívoca
La norma equívoca durante el confinamiento, en una buena parte de la sociedad, ha sido el sedentarismo, lo que conlleva a la reducción del gasto calórico y ganancia exagerada de kilos.
Esta advertencia la hizo Roberto Jarava Brun, monteriano, nutricionista clínico, invitado por el equipo de Conéctate con la U, para orientar mejor a las familias en medio de la cuarentena obligatoria que aún está vigente.
“Durante este confinamiento, estar encerrados ha hecho que el sedentarismo sea el estilo de vida en muchas personas, porque parte del tiempo no los pasamos acostados o sentados, eso hace que el consumo aumente y se sube de kilos”, precisó Jarava Brun.
Lo que es tal vez más preocupante – explica el doctor Jarava – es que esa grasa también se acumula en el hígado y en las arterias, altera los lípidos y puede ser la partida de una serie de problemas de salud.
Jarava sugirió el control del hambre emocional, que surge sobre todo cuando las personas se sienten solas, preocupadas, pensando en problemas, entonces resuelven ligeramente comer, aún sin apetito.
“Cuando uno come produce una hormona que se llama serotonina, que produce tranquilidad, felicidad, pero que solo tarda unos cinco minutos y luego causa arrepentimiento. Por eso es necesario recapacitar y tener un minuto de calma antes de ir en busca de los alimentos que no estamos necesitando en cierto momento”, precisó Jarava.